domingo, 11 de noviembre de 2012

9. Guardianes del sueño


Bueno, aquí está, otro capi, esta vez de Nina, donde vemos un poco mas de su relación con su novio Mike y descubrimos algo nuevo sobre Walker. No te olvides de decirme que te ha parecido y cuéntame que quieres que ocurra.

Me había despertado por mí misma casi una hora antes. Mire por la ventana y Walker salía de su casa, dispuesto a correr. ¿Cómo era capad de eso? Realmente no me sentía con sueño, pero aun así era demasiado pronto. Me tumbe de nuevo en la cama y trate de dormir, pero me fue imposible, no logre volver a pegar ojo.

Tras pasar un rato, decidí que era hora, me duche y al salir llame a Mike. Quise quedar con él antes de entrar al instituto. Al cogerme el teléfono sonó su voz somnolienta, había olvidado que Mike era el último del planeta en levantarse.

-Buenos días Mickey…- Dije con voz juguetona.

-¿Nina? ¿Sabes qué hora es?

-Sí, las siete y cuarto. –Conteste divertida.- Había pensado que igual podíamos desayunar juntos…

-Es muy pronto, Nina… -Remoloneo, pude oír cómo se giraba en la cama.

-Yo invito si me vienes a buscar a casa…- Sin darme cuenta me había puesto a jugar con un rizo de mi pelo y sentado en la ventana.- Hoy me desperté pronto y pensé que quizás querías pasar tiempo conmigo…

-Pero es muy pronto…

-Dentro de diez minutos estoy lista.- Dije haciéndome la tonta. Hoy desayunaría con mi chico.- Te veo ahora, Mickey.- Y colgué sin darle tiempo a responder. Y con ello se vería obligado a venir.

Justo vi llegar a Walker de su paseo junto con su perro. Levante la ventana dejando que el frío aire entrase en la habitación.

-¿Qué tal el paseo? – Grite.

-Muy a gusto, aunque no termino de acostumbrarme del todo al cambio.

-Ya encontraras el camino adecuado. Hay un sendero entre las casas a pocos metros y es muy agradable pasear por ahí, deberías mirarlo.

-Lo tendré en cuenta, aunque no es el camino lo que me inquieta, sino las miradas de algunas chicas...- Contestó mientras cruzaba la calle para tener que chillar menos. Estaba claro que se refería a Tara, seguro que madrugaba solo para verle pasar por delante de su casa- Por cierto, tenemos que quedar para hacer ese estúpido trabajo del club de matemáticas.

-Algo me dice que no te entusiasman mucho las matemáticas.

-No… No son mi asignatura favorita.

-¿Y porque te apuntaste al club?- Pregunté curiosa, si no le gustan, no tenía que haberse apuntado. Él simplemente se encogió de hombros.- De cualquier manera, tenemos que hablar de más cosas que de ese trabajo.

-Hablaremos de lo que quieras hablar.- Contestó volviéndose hacia su casa.- Si me disculpas, tengo que ir a ducharme y prepararme.

Y sin mucho más, se metió en su casa. Justo llego Mike en su coche, paro en frente de casa y tocó el claxon. Le saludé y cerré la ventana, baje las escaleras a toda prisa y me metí en su coche a toda prisa.

Nada más cerrar la puerta bese al chico que había sentado a mi lado, mi novio. Hoy me había levantado muy activa y quería disfrutarlo. El beso fue intenso y duradero, dejando espacio justo para respirar. Su mano recorría mi cuello mientras que la mía acariciaba sus firmes pectorales.

Una vez satisfecha del roce, me deje caer en el asiento.

-Arranca, vayamos a desayunar.- Ordene emocionada.

-¿Qué te pasa? Estas… -Comento Mike mirándome con sorpresa.

-Excitada.- Termine la frase.- Me apetece mucho desayunar hoy contigo.

No sé si el chico se lo creyó, pero era la verdad. Finalmente arranco el coche y condujo. Acabamos en la cafetería de la plaza mayor. Mientras nos traían el café que habíamos pedido, fue a buscar unos bollos a la pastelería de la abuela Smith.

El café y los bollos llegaron a la vez. Una vez Mike se sentó a mi lado, en un sofacito arrinconado en la cafetería pase mis piernas por encima de una de las suyas y sople el café.

-Hoy estas rara…- Murmuro temeroso el chico.

-Puede… No es delito querer pasar un poco más de rato con mi novio. –El chico en lugar de responder me dio un suave beso.

Acabe rodeada de sus músculos de jugador de futbol y me gustaba. Charlamos un poco, aunque Mike no solía tener grandes conversación fuera del campo de los deportes y claro, lo poco que sabía de deportes era por él.

Finalmente la hora de ir al instituto llego, me apetecía seguir ahí acurrucada y comiendo bollos de chocolate, pero tenía que ir a clase. Nos levantamos, montamos en el coche de Mike y regresamos al instituto, donde nos separamos, él con sus amigos y yo con mis compañeras.

Ambas chicas, Tara y Johanna observaron cada movimiento que hice desde que me bajo del auto de Mike, pero por ello no me corte y tarde lo que me pareció correcto. Tras volver con ellas hicieron comentarios y especularon sobre el acontecimiento.

-Me apeteció desayunar con mi novio.- Me justifique.- Y no necesito motivo para ello.

-Ya… Seguro…- Contesto Johanna,- seguro que te levantaste cachonda y querías disfrutar….

-Y en el caso de que así fuera… ¿Pasaría algo? – Pregunté. No había querido nada “sucio” con Mike esta mañana, ni siquiera lo había pensado, pero si hubiera pasado, ¿Tendría que darles cuenta a ellas? No.

-¡Claro que pasaría! – Estallo Tara.- Tendrías que contárnoslo todo, con pelos y señales, hasta el más mínimo detalle.

-Eso es asqueroso.- Le conteste a mi amiga.- Jamás os contaría como me ha ido en la cama con Mike.

-Pues él si se lo contaría a sus amigos.- Objeto Johanna, señalando con la cabeza.

Mire hacia el lugar indicado por mi amiga, era el grupo de Mike, se estaban riendo muy a gusto. No le di más importancia, al fin y al cabo, siempre están bromeando y riendo.

El timbre sonó, reclamando la atención de las aulas. Perezosamente todos nos encaminamos hacia el edificio, a recoger nuestras cosas y prestar atención a los profesores. Las clases fueron aburridas y lentas, como suelen serlo. En la clase de matemáticas extrañe al chico nuevo, se me hizo raro que faltase a clase, esta mañana estaba bien, ¿habría hecho pellas?

Al acabar la clase, Johanna me envió un mensaje diciendo que me diera prisa para ir al campo de futbol, se debía de estar montando una batalla campestre allí y Mike estaba involucrado. Salí corriendo y me metí por el gimnasio, sabiendo que llegaría antes por ahí. Cuando atravesé la piscina en busca de la salida, alguien estaba nadando y justo cuando llego al final de la piscina, en el borde opuesto, salió. Camine con cuidado, tratando de no resbalarme hasta que llegue a donde el chico, que se secaba la cabeza, llevaba un traje de baño en forma de slip, marcando un bonito culo, la espalda era increíblemente lisa, tenía un tatuaje como de una cola que salía desde dentro del traje de baño y se levantaba hasta más de la mitad de la espalda. Se estaba secando. El chico se volvió y se sobresaltó al verme. Era el chico nuevo, Walker y llevaba unos auriculares, lo que explicaba el sobresalto.

-¿Qué haces aquí?- Pregunto.

-¿Yo? ¿Qué haces tú aquí? –Le recrimine.- ¿Qué ha pasado con la clase de matemáticas?

-Estamos en el club de mates, ¿Eso no nos libra del resto de las matemáticas? –Inquirió con inocencia.- ¿Cómo me has encontrado?

-No, claro que no te libra… Y estaba de paso… -Eso me recordó que es lo que hacía aquí. La prisa me invadió de nuevo.- En la biblioteca en media hora. – Le chille mientras salía de la estancia.

No sé si me respondió algo o no, pero yo continué con mi trayecto hacia el campo de futbol. Salí del edificio, justo en el lateral del campo, todo el mundo estaba concentrado en el centro del campo. Prácticamente corrí hasta allí y me abrí paso entre el amasijo de gente, hasta llegar al centro.

Ahí había cuatro tíos pegándose de lo lindo, entre ellos distinguí a Mike. Johanna y Tara estaban en las primeras líneas del círculo de gente. Quería intervenir, pero tenía miedo de salir mal parada entre tantos puñetazos.

Finalmente los profesores llegaron y separaron a los cuatro chicos, aunque les costó. Antes de que se los llevaran vi como Mike me dedico una mirada entristecida antes de que un profesor se lo llevase.

El amasijo de gente se fue disolviendo y mis amigas se acercaron.

-Al parecer alguien dijo algo que no debía… - Comento Johanna.- Pero no me he enterado del que en concreto.

Me quede pensativa, ¿Qué ha podido pasar para que Mike se pusiera así? Y no solo Mike, sino que tres de sus amigos estuvieran involucrados. Tendría que preguntárselo más tarde. No encontraba ninguna cosa que pudiera hacer explotar a Mike de esa manera.

Tras decidir que quedarme en mitad del campo de futbol no iba a obtener respuestas, me marche y me fui a la biblioteca, donde había quedado con Walker. Casualmente este ya había llegado y estaba entre libros. Me senté en la silla de enfrente.

-Nunca te hubiera imaginado entre tanto libro.- Susurre. El chico enarco una ceja.- Estar rodeado de libros no te hace sexy.

-Es difícil estar más sexy que recién salido de la piscina, ¿verdad?

Ahí me había pillado. Desvié la mirada hacia algún punto indefinido en la mesa y estaba segura de que me había enrojecido. Una hoja apareció ante mí. La leí detenidamente. Era un algoritmo, para crear un código seguro.

-Está basado en el código Vigènere, escogemos una clave y solo hemos de sumar los valores para cada letra para obtener un nuevo número que será el mensaje cifrado.

-Eso ya existe. No has creado nada nuevo.

-He ahí el punto, la clave puede ser una palabra o una frase, pero los valores correspondientes a cada letra variaran dependiendo de la clave.

-¿Hacer que cada letra valga diferente dependiendo de la clave? – Repetí, tratando de comprender lo que decía. El chico asintió.

Estuvimos un rato perfeccionando el esquema y el algoritmo, hasta que quedamos satisfechos con el resultado.

-Tengo que hacerte algunas preguntas.- Dije mientras recogíamos.- Sobre los sueños.

-Pregunta. Si tengo la respuesta de la diré.

-Anoche, en el sueño, dijiste que podíamos entrar en el sueño de cualquiera que durmiese en ese momento, ¿verdad? – El chico asintió y abrió la puerta para dejarme pasar.- Gracias. Entonces esta noche puedo ir a casa de Tara y soñar lo mismo que ella.

-No es bueno eso, se puede, pero no es aconsejable. Como te dije, la gente en el mundo onírico es mucho más agresiva ante lo desconocido. Además, están los secretos.

-¿Secretos?

-Así es… Imagina que tu amiga fantasea con tu novio… Tú te molestas, pero realmente solo ha sido un sueño, ella no lo recuerda, pero tú sí, y al levantarte sigues enfadada. No se lo puedes explicar, porque realmente solo ha sido un sueño.

-Así que los demás no pueden saber que recordamos todos los sueños.

-Por poder pueden saberlo, no hay nada, ni nadie que te lo impida, pero te pueden tomar por loca o…

-No llames loca a mi novia.- Interrumpió Mike, cortando a Walker.- Esfúmate, chico nuevo.

-¡Mike!- Mire al chico grande y futbolista, se le estaba formando un moratón en la cara y tenía un corte en la ceja, pero lo que más miedo me dio fue la mirada de oído que irradiaba hacia Walker.

-No pasa nada. Ya me iba.- El chico hizo una reverencia, demasiado exagerada.- Nos vemos. Por cierto, te sienta bien.- Y se señaló la ceja derecha, para referirse al corte de su cara. Todo ello desprendía cierto toque de burla.

Mike trato de abalanzarse sobre él, pero le detuve. Una pelea ya era demasiado para un día, que digo, para todo el mes. Walker finalmente se fue con paso ligero. Era simpático y agradable, con quien quería, supongo.

-Nina, no quiero que te acerques a ese tipo. No me gusta.

Esa declaración me hizo sentir mal. ¿Tenía celos de Walker? ¿O de verdad no le gustaba? Pero aun así, él no era quien debía de decidir con quién podía estar o no. De momento lo deje apartado, no me parecía el momento ni el lugar indicado, así que empezamos a andar hacia el coche de Mike y me llevo a casa.

Espero que os haya gustado, comentad que os gustaría leer o que hubierais hecho vostros en ese lugar y si queréis ser los primeros en saber que se ha subido un capi, haceros seguidores al final de la página o mirar en la lista de capítulos.

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