domingo, 18 de noviembre de 2012

10. Guardianes del sueño


Hoy Walker nos aparece algo descarado y exhibicionista. Encuentra algo en lo que invertir su tarde y sin duda algo con lo que soñar. Si quieres saber mas, echale un ojo y comentame que te parece.

Tras la ducha matutina, baje las escaleras y Luke estaba en la cocina preparando café. Hablamos sobre la noche y como iba en la escuela y el trabajo, hasta que nos interrumpió el timbre de la puerta. Luke y yo intercambiamos miradas de extrañeza y me levante a abrir la puerta. Spike salió por su trampilla de la puerta de la cocina y corrió por fuera. Al abrir la puerta me encontré con Nina.

-Tenemos que hablar.- Dijo y entro sin pedir permiso y se instaló en el sofá.

-Cuando una mujer te dice eso has de agarrarte fuerte, Walker.- Dijo mi tío desde la cocina.

Cerré la puerta, tras dejar pasar a Spike y me senté en el sillón junto al sofá, ella se había sentado en el extremo del sofá más cercano, el perro se sentó al lado de la chica y jadeaba sin quitarle el ojo de encima.

-Tú dirás.- Conteste. No sabía de qué iba a hablar y desde luego no prometía ser muy positivo.

-Debes de mantenerte lejos de Eric, y especialmente de Mike.

-¿Por qué? Mike no me parece una amenaza, y no voy a fomentar esa ley de silencio que tenéis impuesta sobre ese chico.

-Mike se enfadara y te hará la vida imposible… Como se la ha hecho a Eric.

-No voy a dejar que me intimide y si tiene que tomar de su propia medicina lo hará.- Conteste decidido.

-Sabes que te estoy oyendo, ¿verdad, Walker?- Oí a mi tío desde la cocina.

-Claro que sí. No hare nada, pero no voy a dejar que me intimide ni que me ponga un pelo fuera de su sitio.

-Tienes que tener cuidado, Walker, Mike siempre consigue lo que quiere.

-Y tú se lo sirves en bandeja. Aquel que consigue todo por la fuerza no es una buena persona, deberías de revisar tus amistades, Nina. – Dije tranquilamente. Pero ella no se lo tomo tan tranquilamente.

-He venido a avisarte y no a que me pongas en su contra.- Se levantó del sofá.- Te he avisado, allá tú con lo que hagas.

Y se marchó de la casa.

-¿No crees que te has pasado?- Pregunto mi tío mientras se asomaba por la puerta. Al parecer mi mirada fue suficiente para contestar.- Sabré que ha pasado cuando me llamen del despacho del director. Pero sabes algo que ella no sabe, ¿verdad?

Le asentí y finalmente termine de prepararme para ir a la escuela. Ese día fue tranquilo, aburrido y poco productivo. El tiempo transcurría tan lento que hasta me dio tiempo de acabar el examen de biología antes de tiempo.

Me obligue a asistir a las clases de matemáticas y Nina fingió que no existía. Se había enfadado, aunque no me extrañaría que ese Mike le hubiera prohibido hablarme.

Hubo un rato, durante la comida que me sentí bastante solo, me recordó las comidas en el instituto de Nueva York y recordé como Nick me las alegraba siempre. Los recuerdos pasaron por mi mente, de manera fugaz y cuando se fueron dejaron un vacío de nuevo.

-Ejem.- Me volví, sacado de mi ensoñación, y había tres chicas mirándome.

-Hola.- Salude a las chicas. Estas parecían un poco nerviosas. -¿puedo ayudaros en algo?

-Si.- Contesto la del medio, una chica morena, tras recibir un codazo de una de sus compañeras.- Nos preguntábamos si… Bueno, si no tienes nada mejor que hacer… Que tu… -La chica estaba muy nerviosa, tenía las piernas como flanes y jugaba con los anillos de sus dedos.- Quizás tu querías venir al club de arte esta tarde…

-¿Para qué?- Pregunte dudoso.- Ya me apunte al club de matemáticas.- Aunque quizás podría cambiarme.

-¡Oh! No, no es para que te unas.- Contesto otra de las chicas, esta vez rubia.- Queríamos saber si podrías hacer de modelo para el club esta tarde.

Me quede sin habla, realmente no sabía que decir. Había participado en muchos cursos, formaciones, clubes pero nunca me habían pedido ser modelo.

-¡oh! Vámonos, no quiere…- Contesto la tercera chica.

-No, no es eso…- Contesté.- No tengo ningún problema, es solo que nunca he hecho de modelo…

-¡Ah! No te preocupes por eso. –Estallo la rubia.- Nosotras te decimos como has de hacerlo.

Me agarraron del codo y tiraron de mí para que le siguiera por los pasillos hasta acabar en el club de arte. Por suerte no había nadie todavía. En el centro había una pequeña tarima con un taburete, rodeado de caballetes con lienzos. De repente me arrepentí de haber aceptado.

Una profesora entro y estuvo hablando con las alumnas, trate de no escuchar, pero era muy difícil. Fingí admirar los diversos cuadros que rellenaban las paredes, pero no podía evitar oír a la profesora interrogando a las alumnas. Finalmente la profesora se acercó y pregunto si de verdad estaba de acuerdo y corrobore lo que las chicas habían dicho.

Me hicieron subir a la tarima y colocarme en diversas posiciones hasta que encontrase una que fuera cómoda para mí y que les permitiera a ellas dibujar como es debido.

-Quítate la camiseta. Así tenemos más que dibujar.

-¡Luna!- Exclamo la profesora. –No hace falta que…

Pero yo ya me había quitado la camiseta y la había dejado en el suelo. Pude oír suaves risas de las chicas y algún comentario de la profesora, pero preferí no prestarle atención. Finalmente acabe sentado en la esquina del taburete, desnudo de cintura para arriba en una posición en la que mi trasero quedase destacado.

Por suerte no hacia frio en el aula. La cosa fue un poco peor cuando empezaron a llegar el resto del club, chicas y chicos se pusieron a mí alrededor y con pinceles, oleos y demás cosas para pintar se pusieron a ello.

Me aburrí un poco, no daban mucha conversación, la profesora caminaba alrededor poniendo pegas a los dibujos para que lo corrigieran. Una mirada me llamo la atención. Era la de Eric, no me había dado cuenta de que había entrado.

-Si te sientes incomodo, avisa, le pondremos remedio.- Dijo la profesora.

-No se preocupe.- Le conteste con una sonrisa.- Todo está bien.

Trate de moverme lo menos posible, pero para mí era una tarea casi imposible. Me cansaba estar en un taburete sin respaldo. Me fije en mis playeras, tenían manchas de barro en los lados, incluso los pantalones los tenía algo sucios, es lo que tenía ir caminando por los parques y charcos. Luego mire las demás y todos tenían los zapatos limpios y los pantalones inmaculados. Ellos se perdían la diversión de chapotear en charcos de lodo.

El reloj poco a poco logro marcar el final de la hora y todos, acabaron por irse, más o menos rápido. Yo me puse la camiseta y eche un vistazo a lo que habían hecho los artistas, había cosas que se parecían y otras que eran imposibles de reconocer. Uno me llamo la atención, hecho a carboncillo, me gusto bastante. Resulto ser el de Eric.

Me despedí de la profesora con un simple “hasta luego” y salí del aula. Los pasillos estaban desiertos. El único indicio de movimiento que había era un fluorescente parpadeante al final del pasillo. Salí del centro y vi el sol tiñendo el cielo de rosa entre los montes que lo ocultaban. De camino a casa me encontré con Eric y no pude evitar adelantarme hasta quedar a su altura.

-Me gusto el dibujo que hiciste.

-Gracias.- Contesto con una sonrisa.- Eres un buen modelo.

-Solo me senté en una silla, cualquiera puede hacerlo.

-Me refiero a que tienes un cuerpo envidiable y una cara que da gusto dibujar.

-Gracias…- Murmure, tratando de no sonrojarme.- Seguro que tú también tienes mucho que enseñar.

-No… Oye Walker… Tu no… No te importa…- El chico había centrado su mirada en el suelo y la sonrisa había desaparecido. – ¿No te importa hablar conmigo? ¿No te importa lo que digan de ti o de mí?

Me plante delante de él. Puse dos de mis dedos en su barbilla y levante su mirada hasta mis ojos. Luego le alise la chaqueta que tenía dando suaves tirones por la cremallera.

-No me importa hablar contigo, no sé porque debería molestarme. Y no, no me importa lo que diga la gente de mí o de ti. Y a ti tampoco debería molestarte. Yo sé lo que es cierto y lo que es mentira y no tienes que dejar que los rumores te afecten.

-Suena tan fácil…- Y volvió a desviarme la mirada.- Mike siempre…

-Shhh.- Puse un dedo en sus labios y volví a buscar su mirada- Mike no es más que un bocazas pretencioso… Y es tan fácil como volver mañana con la cabeza bien alta, una sonrisa en la cara y una actitud de “voy a comerme el mundo”. Toma el control y se tú quien decida que se va a hablar sobre ti.

-No es así…

-Si lo es… El primer día llegue y me hice notar para decir que estoy aquí y yo mando. Podía haber pasado desapercibido y que solo los rumores me diesen a conocer. Fui yo quien lo decidí. Mike me amenazo y le plante cara, me podía haber agachado y aceptado lo que decía, pero no quiero. -El chico no parecía convencido, pero no se me ocurría que más decirle.- Ahora, pídeme ser tu modelo de nuevo. –Cambie de tema bruscamente.

-¿Qué?

-Pídeme que sea tu modelo otra vez, me ha gustado y quiero repetir. Además, dijiste que tenía un cuerpo… Como lo dijiste, ¿envidiable?- El chico contuvo una leve sonrisa.

-No sé… - Murmuro el muchacho. Enarque una ceja, dejando por supuesto que no cabía duda en su respuesta.- Supongo que podría…

-Perfecto.-Conteste sonriente, interrumpiendo lo que iba a decir. –Mañana hablamos y concretamos.

Me despedí y salí corriendo, emocionado y contento, pero sobre todo para que él no pudiera echarse atrás.

En casa me recibió Spike con un par de ladridos. Obtuve unas patatas fritas de la cocina y me tire en el sofá. Spike se sentó a mi lado, jadeante. Empecé a hacer zapping entre los muchos canales, en unos había campeonatos de golf, en otro una película dramática, las típicas que al final una de las tías acaba loca y se quiere cargar a la familia del hombre. El siguiente era un noticiario, en una ciudad habían matado a varios vagabundos en el mismo parque, nadie sabía nada, ni habían escuchado nada, de hecho, no mostraban indicios de asesinato, según la reportera los vagabundos solo “se mueren”.

La reportera empezó a hacer preguntas a la gente de la zona, pero eso ya no me interesaba. Los “asesinatos” no eran comunes. Saque el teléfono móvil del bolsillo y llame a mi tío. Tardo un poco en contestar.

-¿Qué ocurre Walker? Estoy un poco atareado en la comisaria.

-¿Has visto lo de los vagabundos en Boston?- Le pregunte.

-Algo he oído, no hay informes concluyentes.- Le oí teclear algo y se podía escuchar todo el ajetreo de fondo.- ¿Crees que podrías averiguar algo?

-Mañana tendría que acercarme a dicho parque para conocer la zona y poder acercarme una noche. ¿Me dejaras el coche?

-Después de las clases, ni se te ocurra saltarte tus obligaciones.

-Vale, después de clase.

-Cuando vuelva a casa hablamos.

El teléfono comunico y volví a centrarme en pasar de canal en canal, buscando algo meramente entretenido. Pero no encontré nada que me entretuviera lo suficiente. Sin darme cuenta acabe dormido en el sofá.

Espero que os haya gustado, comentad que os gustaría leer o que hubierais hecho vostros en ese lugar y si queréis ser los primeros en saber que se ha subido un capi, haceros seguidores al final de la página o mirar en la lista de capítulos.

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