domingo, 28 de octubre de 2012

8. Guardianes del sueño


Hoy en el mundo de los sueños, veremos como Nina conoce un poco mas de este mundo, mas haya de su jardín y conocera a las pesadillas, todo con la ayuda e Walker. ¿Intrigad@? Pues venga, a leer. Ah y no se te olvide comentar que te ha parecido.

Nina se despertó en su azulada habitación, todo estaba sinuoso y retorcido, con lo que dedujo que ya estaba soñando. Se levanto de su cama y noto un ligero soplido de aire frio. La ventana estaba abierta. Se acercó a ella y vio algo justo en su ventana, algo oscuro moviéndose. No pudo reprimir un grito y retrocedió, se tropezó con la mochila de clase y cayo al suelo. La sombra que le había asustado también perdió el equilibrio y cayó hacia fuera. También emitió un grito de sorpresa.

Nina se levanto dubitativa y se acercó a la ventana para mira que había sido. Se asomo y vio a Walker bajo su ventana.

-Te has despertado muy pronto.- Dijo.- Menudo susto me has dado.

-¿Eras tu el que estaba en mi ventana?- El chico asintió.- ¿Y que hacías aquí?

-Quiero enseñarte varias cosas… ¿Vienes?

-Sólo si respondes a mis preguntas.

-Para eso he venido. – Reconoció con una sonrisa.- Responderé a tus preguntas y te enseñare lo que yo sé acerca de este lugar.

Nina, satisfecha por su negociación se dirigió a la puerta y trato de abrirla.

-Nina, ¿Por qué no sales por la ventana? Será mas rápido para los dos.

Nina volvió a la ventana y se asomo, vio la distancia al suelo y negó con la cabeza.

-¿Estas loco? ¿Y que me rompa algo? Prefiero bajar las escaleras.

-Punto número uno. – Dijo- Para ver has de creer.

-¿Qué diablos significa eso?

-¿Te acuerdas de ayer con la puerta? Hasta que no sepas lo que quieres hacer y lo creas con convicción no lograras avanzar. Piensa en lo bien que vas a aterrizar y que no te vas a hacer daño. Pero créelo de verdad.

-Que fácil es decirlo.-Murmuro Nina desde la ventana. No terminaba de convencerle

-Y si no, siempre es un sueño, ¿Qué te va a pasar? ¿Que te despiertes?

Vale, eso fue algo que no esperaba oír.

-¿Si me hago daño me despertaré? – Preguntó con cierta incredulidad.

-Claro, esto no deja de ser un sueño. Así que salta, no te va a pasar nada.

Nina se lo pensó detenidamente. Saltar desde la ventana era saltar desde la ventana, fuera sueño o no. Pero si caía mal y se hacía daño se despertaría y era como si no hubiera pasado nada. ¿Pero si no era cierto? Ahí estaba la pregunta, ¿Confiaba lo suficiente en el chico de enfrente?

La chica se sentía insegura, sin embargo Walker ahí abajo le esperaba paciente y sonriente, pero no se veía con intención de hacer daño, sino con verdaderas ganas de ayudar.

Sin pensárselo un segundo más, subió al alfeizar de la ventana y salto.

Como si sólo hubiera saltado de la acera a la carretera, sus pies estaban clavados en la tierra del jardín delantero. No se había roto nada, ni torcido, ni siquiera golpeado. Estaba sana y salva en el suelo.

-¿Cómo es posible? Es totalmente imposible.

-Es un sueño, todo es posible si sabes como.- Contestó con una sombrosa naturalidad.- Solo tienes que creer que puedes.

-Suena tan fácil…

-Y lo es. Solo has de saber hacerlo. Como lo de las puertas, solo podrás abrirlas si sabes que es lo que hay detrás, o mas bien lo que quieres que haya detrás.

-Vale… Supongamos que te creo. ¿Puedo hacer lo que me dé la real gana?

-Sí. – Contestó.- Siempre que creas en ello. Pero no somos los únicos que estamos aquí…

-¿No somos los únicos? ¿Quién mas hay?- La chica se trato de tranquilizar. Se le acumulaban las preguntas y no sabía en que orden exponerlas.

-Estamos nosotros y todos los que estén ahora durmiendo. Luego están las pesadillas y las Reaper.

Walker examino a Nina, la expresión de confusión de la chica solo creció y al parecer se asustó. No creía posible que pudiera haber nada más en sus sueños excepto ella.

-Empecemos por el principio, ¿te parece? – Dijo el chico con voz tranquila. Empezó a andar por la calle, en dirección al instituto.- Esto es el mundo onírico, el mundo de los sueños, todo el que duerme viene aquí. Solo unos pocos, como tú o yo podemos recordarlo completamente. Otros de vez en cuando recuerdan ligeros fragmentos de su estancia aquí. Eso son los sueños. No sé como se creo, en nuestro plano físico no existe, y es como si nuestras mentes se interconectasen, podemos entrar y salir de los sueños de otros. Es bastante complicado explicarlo todo de golpe.

-Así que yo no tengo un sueño y tu tienes otro, sino que ambos, y todos, soñamos lo mismo, solo que no coincidimos en este mundo. –Resumió Nina tras procesarlo un poco.

-Exacto. Al tratarse de un mundo imaginario compartido podemos hacer todo lo que se nos antoje, no solo nosotros dos, sino todos, pero la mayoría no lo sabe porque no lo recuerda.

-Como cuando te cuentan un sueño y dicen “De repente aparecí en no sé donde”.- Ejemplifico la chica de manera correcta.

-Eso es, realmente solo cruzan una puerta, como ayer tu cruzaste de tu habitación a la cocina.

-¿Y Por esto recuerdas tu mi sueño?- El chico simplemente asintió con una sonrisa.- ¿Y porque se lo contaste a Tara?

-Quería llamar tu atención sin llegar a parecer un loco acosador.

-Pues no se si lo has logrado muy bien…

-Mientras no me quemes en la hoguera…- Rio Walker. – Ahora te voy a presentar a otro tipo de seres que viven aquí.

El chico entro en el instituto y Nina le siguió de cerca, todo era oscuro y azulado, igual de curvado y tortuoso que el resto del mundo.

Algo se movió en la espalda de Nina y esta se giro asustada. Al no ver nada pensó que había sido su imaginación con una mala pasada y continuó siguiendo a Walker. Otra vez volvió a notarlo, esta vez, incluso se le movió el pelo. Le provoco un escalofrío. Walker también lo noto y se giro.

-Nina, que rápido lo has encontrado.- Musito.

La chica se quedo confusa. ¿Qué había encontrado? Se volvió sobre su espalda y ahí estaba esa cosa. Nina se asusto y retrocedió unos pasos, los que la distancia hasta Walker le permitían.

-No te asustes, son solo pesadillas.

-Las pesadillas dan miedo…- Susurro.- Haz algo Walker.

Walker salió de detrás de Nina y cogió esa sombra diabólica que tanto atemorizaba a Nina. Fue mucho más fácil de lo que esperaba. Una vez en sus manos lo coloco delante de Nina. Esta continuó retrocediendo.

-Nina… No te asustes, solo es un fantasma… De hecho no es ni eso… Es como gelatina… Mira, tócalo.

El muchacho estiro el brazo con la “pesadilla” en la mano y Nina atemorizada completamente estiro el brazo y lo rozo apenas cuando empezó a chillar como una loca.

-No le tengas miedo… Estas pesadillas son capaces de controlar el entorno para asustarnos. Se alimentan del miedo que tenemos de ellas o de lo que nos rodea. Pero no son mas que eso… Fantasmas gelatinosos recubiertos de humo. Jamás te harán daño.

-¿Nunca se muerde la mano que te da de comer? – Pregunto aun asustada por el espectro. Walker le sonrió y volvió a tender el fantasma.

Esta vez, la chica, con un poco más de seguridad le acaricio, y noto lo esponjoso que era. Tal como Walker había dicho parecía gelatina negra rodeada de humillo. Tras haberlos conocido no daban tanto miedo, incluso le gustaron.

-¿Qué se hace con ellos?- Preguntó Nina.

-No los matamos, nunca he podido matar una pesadilla en un sueño… Solo los asustamos y dejamos que se vayan, alejándose de sus víctimas.

-¿Cómo?- Insistió la chica.

-Yo suelo jugar a los bolos con ellos. Es divertido.

-Pobres…- Recrimino.- ¿Como puedes jugar a los bolos con unos fantasmitas tan adorables?

-Pueden ser adorables… Pero a veces te hacen pasar miedo y cuanto más miedo pasas mas grandes se hacen y a más atraes… Así que lo mejor es deshacerse de ellos lo más rápido posible.

Nina se quedo pensando en todo lo que había aprendido ese día.

-¿Me enseñaras todos los trucos?- Walker asintió. - ¿Y que sueles hacer por aquí mientras sueñas?

-Según el día.- Contesto encogiéndose de hombros.- A veces me dedico a espantar pesadillas, otras veces ayudo en las investigaciones de mi tío…

-A la… Como mola, entonces ¿también eres policía?

Walker negó y le explico que él solía vigilar los sueños de los investigados de su tío, que normalmente soñaban con proteger sus secretos y en ese mundo era donde los exponían. A veces era muy fácil manejarlos de manera que soltasen lo que sabían en un periquete, pero otras era mucho mas complicado.

-¿nos podemos meter en los sueños de cualquiera y controlarlos a nuestro antojo?

-Así es… Pero tienes que contar con que para ellos tiene que seguir pareciéndoles real… Sino pueden asustarse o confundirse y suele ser malo. Así que cuanto mas lejos de los sueños de los demás estés, será mejor para ellos y para ti.

-¿Malo? ¿Por qué iba a ser malo?

-Punto número dos: Lo confuso muerde. –Dijo Walker alzando la mano con dos dedos.- La gente en este mundo es bastante más agresiva con lo desconocido y tiende a atacar si se ven amenazados, aunque en la vida real sean pacíficos. Si se dan cuenta de algo extraño reaccionan así.

-Vale, anotado, nada extraño.- Murmuro Nina.- ¿Algo más que deba saber?

Walker encogió los hombros. No se le ocurría nada más que debiera de saber ahora mismo. Solo le quedaba practicar y ahí solo podía decidir ella, si confiaba en él o no… Más no podía hacer. Le daría consejo y le ayudaría a moverse con soltura por el mundo onírico.

Por los pasillos empezó a sonar un concierto lejano. Walker lo reconoció enseguida, pero Nina miro a su alrededor buscando su origen.

-Es mi despertador. Son las seis de la mañana.- Aclaro Walker.

-¿Ya? ¿Tan pronto?

-Si, el tiempo aquí discurre de manera distinta, pero parecida.

-¿Cómo salgo de aquí? Es algo que debería de saber…

- Tienes dos opciones: Volver a tu cama, meterte y esperar a despertar, o bien puedes desearlo y despertar ya.

Walker cerró los ojos y se tiro hacia atrás. Nina, asustada se abalanzó para cogerlo, pero se el brazo de Walker se le escurrió entre los dedos. Pero lo asombroso fue que no cayó al suelo, solo desapareció. La chica quedo totalmente asombrosa, había desaparecido por completo ante sus ojos. ¿Eso era despertarse?

Nina cogió aire y cerro los ojos. Pensó en su cama y en lo caliente que se estaba en ella. Luego se dejo caer suavemente hacia atrás. Noto como su pelo se quedaba atrás y le hacia cosquillas en la mejilla.

La siguiente sensación fue caer en su cama, sobre su colchón mullido y calentito. Miro su despertador. Marcaba las seis y diez de la mañana. Salió de su cama y un ligero fresco la recorrió. Se acercó a la ventana y vio a Walker saliendo de la casa de enfrente.

El chico le sonrió y le saludo antes de echar a correr por la calle.

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