miércoles, 17 de octubre de 2012

6. Guardianes del sueño


Ya se que el miércoles no corresponde un capítulo, pero como necesitaba adelantar un capítulo para que me coincidiese el especial de Halloween con la fecha, mas o menos, pues he decidido adelantároslo hoy. Espero que lo disfrutéis, en esta ocasión Walker nos cuenta como reacciona Nina y se entera de porque Eric es un relegado. ¿Quereis saber mas? Leerlo aquí abajo y decirme que os parece.

Para cuando volví de correr, Luke seguía durmiendo, posiblemente se quedase hasta tarde trabajando, haciendo papeleo y demás cosas, por lo que procure no meter mucho ruido, pero como por todos es bien sabido, cuando tratas de hacer algo sale todo al revés. Me tropecé con la silla de la cocina y me golpee con la puerta de la habitación. Hasta Spike ladró para pedir comida, que se me había olvidado ponerle en su cuenco.

-Luego te tumbas en el sofá y no metas ruido.- Le dije al perro.

Sabía perfectamente que me había entendido, pese a que puso la cara de “no te estoy entendiendo y me importa un bledo”, ladeando la cabeza, estirando las orejas y poniendo ojos llorosos. Cogí la mochila y salí de casa.

Mientras subía por la calle hasta el instituto pensé las diferentes reacciones que iba a tener mi vecina de en frente cuando me viese. La menos probable era que se lanzase sobre mi y acribillarme a preguntas. Lo mas seguro es que pensase que solo había sido un sueño muy raro y nada mas; no haría nada extraño, ni siquiera me miraría.

Así que, tenía que ser yo el que le diese a entender que había sido algo más que un simple sueño, al menos como el concepto al que la gente normal está acostumbrada. Pero… ¿Cómo hacerlo sin ir directamente y parecer un loco? La mejor idea que tuve fue ir soltando detalles del sueño, de manera que fuera ella quien encajara que habíamos soñado lo mismo. Sabía que atacarla directamente la asustaría, mejor que lo recapacitase ella poco a poco, a su ritmo.

Una vez en el instituto me dirigí al aula directamente, no tenía nada que hacer vagabundeando por los pasillos. Las clases pasaron lenta y aburridamente, como si fueran miel sobre un poco de pan. Hasta la clase de matemáticas.

Allí Nina y su amiga Tara tenían clase también.

-Hola compi.- Dijo la chica bajita mientras me golpeaba con la cadera de manera cariñosa.- ¿Listo para el maratón de ejercicios de mates?

-Estoy impaciente.- Conteste con una sonrisa, de modo irónico, claro esta.

-Está tarde hay club de matemáticas.- Dijo Nina mientras se sentaba en su sitio.

-Walker, ven aquí, siéntate con nosotras…- Comento Tara, no te quedes por ahí solo. Golpeo la silla a su lado invitándome.- Luego podemos quedar para hacer los ejercicios.

-Me parece una idea estupenda. Después de comer estaría genial.- Respondí. Era una mentira como un templo, no me apetecía lo mas mínimo.- Nina, invita a tu compañero y lo hacemos entre los cuatro. Así habrá que pensar menos.

Las chicas se miraron entre ellas, una de esas miradas que se lanzan entre ellas y con las que se comunican telepáticamente.

-No, Walker, muchas gracias por la oferta, pero tengo cosas que hacer después del club.

Esa era una buena excusa… Quizás si forzase la situación un poco lograría que ella quedase quedar, aunque solo fuera para que me explicase. Puse mi plan en marcha. Por suerte, Tara era un saco sin fondo de cháchara sin sentido ni objetivo, hablaba de cualquier cosa desde cualquier punto de vista y de cualquier persona. Tras dejarla hablar un rato, con lo que contestaba que sí aunque no le prestaba gran atención a lo que decía, quise intervenir, y dado que era difícil que ella parase, aunque fuera para coger aire, decidí cortarle.

-Tara, a ver si puedes ayudarme.- Murmuré tratando que el profesor no me escuchase.- Veo que tienes un don especial con la gente. Seguro que puedes ayudarme.- Ella acepto de buen grado el piropo y me instó a contarle mi problema.- Veras, esta noche he tenido un sueño rarísimo y tu igual puedes decirme que significa… -Me asegure de que Nina me escuchase también.- Estaba encerrado en mi habitación, ni la puerta se abría, ni la ventana… Era muy agobiante…

-Aja…- Asintió la chica con cara pensativa.

-Y cuando Nina paso por delante, la ventana se abrió, como si quisiera hablar con ella. Y luego la puerta pero en lugar de dar al pasillo, daba a la cocina. De mi habitación a la cocina… De locos… Y luego, la puerta de la cocina daba al jardín trasero y al ir a la parte delantera tarde un siglo… Era tan extraño…

-Humm… -Murmuro la chica.- ¿La casa era tu casa de aquí o la de Nueva York?- Dije que la de aquí, al fin y al cabo, para el objetivo que tenia me daba igual. La atención de Nina estaba puesta en nosotros.- Puede ser que te sientas extraño, al fin y al cabo todo es nuevo para ti, incluso la casa, y te sientas perdido dentro de ella y Nina es el primer contacto que has tenido con el lugar y el instituto.

Desde luego la muchacha parecía entregarse mucho en su papel de psicóloga y al menos no lo hacia del todo mal, al menos salía realista. Nina había pegado el oído, pero no podía ver su cara, por lo que no podía saber que le pasaba por la cabeza. Aunque pronto lo sabría.

El timbre sonó y Nina tuvo urgencia para irse, llevándose a Tara con ella. Supuse que irían a hablar sobre lo que acababa de pasar. Me gustaría saber a que conclusiones llegan.

Con la comida salí fuera para aprovechar el sol. Mi intención era sentarme bajo un árbol, pero vi a Eric sentado en un árbol, también comiendo y leyendo un libro solo.

-Hola.- Salude cuando estuve a su altura.- ¿Esta libre?- El chico se encogió de hombros. Me senté.- Quería darte las gracias por la recomendación.- Saque un par de trozos de chocolate de los que había comprado ayer y le tendí uno de ellos.

-No hacía falta…- Musito cogiendo el cachito de chocolate.- No quiero ser descortés, pero es mejor que no te vean conmigo…

Sus ojos oscuros se clavaron en mí. No sabría decir que había en esa mirada, miedo, tristeza, vergüenza, envidia…

-¿Por qué se meten contigo? No pareces mal chico. Si se puede saber, claro. – Añadí rápidamente, por si acaso no quisiera hablar del tema.

-Si, claro que se puede. Y si no te lo digo yo te lo dirá cualquiera. Se meten conmigo porque soy gay.

-Lo que te tires o dejes de tirarte es asunto tuyo y de nadie mas…- Murmure y le puse la mano en la rodilla.- Que digan y lo que dejen de decir no tiene que afectarte en nada.

-Es muy fácil decirlo.

-Yo puedo enseñarte algo de defensa personal, si la necesitas. Y tener una lengua bífida no te vendría mal…

-Muchas gracias, pero prefiero seguir así…

-A mi no me la cuelas. Sabes donde encontrarme. Tienes un amigo.

-Ya… Gracias.

En menos de un segundo recogió sus cosas y se fue. Si Luke conociese a ese Eric, estoy seguro que mi vida social le parecería todo un desenfreno.

Aprovechando que ya tenía sitio me acomode en el banco y comí tranquilamente, observado los alrededores del instituto. Había bastante gente que aprovechaba la luz y calor del Sol para comer fuera. Yo no era fan del calor, te hacía sudar y estar pegajoso el resto del día sin mover un musculo, pero mejor que estar en la cafetería donde me acribillarían a preguntas.

-No deberías hablar con él.- Dijo una voz masculina tras de mi.

Me gire y estaba… Creo que se llamaba Mike, era el novio de Nina. Detrás de él estaban dos de sus amigos. Los tres llevaban chaquetas del equipo de futbol y eran bastante corpulentos. Uno de ellos era el que acosaba a Eric en el sueño del otro día.

-¿Por qué? – Pregunté mientras me ponía de pie para verles mejor. Además, me sentía un tanto amenazado y estar de pie me ayudaría a adoptar una postura más defensiva. – ¿El chico gay no tiene derecho a tener amigos?

-Exacto, el marica se folla todo lo que se le acerca, así que mejor estarse alejado.

-¿Y como sabes que lo hace?- Inquirí.- ¿A caso lo has probado?

-Por favor, que asco… Todos los maricas son iguales… No te acerques a él y no tendrás sus mismos problemas…

-No te garantizamos que no vayas a tener otros…- Rio uno de los dos de atrás, y los otros dos se rieron.

-Pues eso… Aléjate de ese y todo irá bien.- Concluyo el primero y se dieron la vuelta.

-¿Y si no lo hago?- Les rete.

Los tres chicos se dieron la vuelta otra vez y rodearon el banco. Acabaron rodeándome y arrinconándome contra un árbol. Mike, el mas grandote y el que parecía el cabecilla. Cuando me tuvo a mano me agarro del cuello de la camiseta y me estampo contra el árbol.

-Si no lo haces lo pasaras mal… Muy mal…- Murmuro el hombre con ira en la voz.

-Vuelve a hacer eso… - Conteste mientras sujetaba las manos del fortachón con las mías y mirándole directamente a los ojos.- Y tendrás que decirle a Nina que no vas a darle ningún hijo…

El chico se descubrió con mi rodilla rozando sus pelotas. Con un gruñido me soltó, casi tirándome y se largo.

-Aléjate del marica y de Nina, o estarás en serios apuros y una rodilla en la entrepierna no te salvara…

Podía contestarle cualquier cosa, pero sinceramente, encontraría otra forma mucho mejor de joderle que insultándole. Y sin duda la mejor era acercarme a Nina y Eric.

Espero que os haya gustado, comentad que os gustaría leer o que hubierais hecho vostros en ese lugar y si queréis ser los primeros en saber que se ha subido un capi, haceros seguidores al final de la página o mirar la lista de capítulos.

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