domingo, 16 de septiembre de 2012

1. Guardianes del sueño


Luke aparco su ranchera en el camino de grava de una de las múltiples casas iguales que había en el barrio residencial. Era un pueblo pequeño y lejos de la ciudad. Me baje del vehículo y observe el alrededor, había un hombre a un par de casas que cortaba el césped, pude oír el ruido de unos niños jugando y algún que otro perro. Spike ladró en la parte trasera de la ranchera, en respuesta a sus nuevos vecinos.

-Chsss. – Le renegué.- No quiero problemas, así que pórtate bien, ¿entendido?

El pastor alemán ladró, como si de una afirmación se tratase y le inste a bajar de la camioneta, que fue lo que hizo con un hábil salto. Luke ya estaba cogiendo cajas del vehículo y llevándolas al porche, él ya había venido un par de veces antes, cosa que para mí era la primera vez. Cogí mi mochila y camine hasta el interior de lo que iba a ser mi nueva casa.

A la izquierda estaba el salón, y tras él el comedor. En frente de la puerta, al final del corredor, estaba la cocina, y a la derecha las escaleras que daban al piso superior. Al final de las escaleras solo había tres puertas, la del medio daba al cuarto de baño, las otras dos a dos cuartos parecidos.

-¿Has elegido habitación?- Grité escaleras abajo.

-No, elige la que te parezca, no tengo preferencia alguna.- Contesto Luke desde el piso inferior.- Pero te agradecería que me ayudases a cargar las cosas del coche.

-Vale, ahora bajo.

Entre en la de la izquierda, y no tenía gran cosa, una cama, un armario empotrado y una cómoda. Las ventanas daban al jardín delantero. La de la derecha era igual, solo que daba al jardín trasero. Sin saber porque, me quede con la segunda. Deje la mochila sobre la cama y mire por la ventana. Se veían los arboles que limitaban los jardines de los vecinos.

-Walker, baja.- Grito de nuevo Luke.

-Te he dicho que ya voy…- Dije pesadamente, mientas bajaba las escaleras.

Una vez abajo, vi que Luke no me había llamado para cargar cajas, sino para presentarme a la visita. Eran una pareja de mediana edad, sobre los cuarenta, como Luke, solo que ellos vestían un poco mas elegantes que mi tío.

-Walker, estos son los señores Dalton, viven en la casa de enfrente.- Les presento.- Nos han traído una pequeña cesta de bienvenida.

-Que bien.- Dije para mostrar amabilidad. Estas cosas solo se hacían por peloteo y cotilleo. Siempre es por cotilleo.- Muchas gracias.

-¿Te gusta Rivertown? No es la gran ciudad, pero también tiene su encanto.

-No lo dudo, señora Dalton. Habrá que acostumbrarse a la diferencia. De momento tengo una habitación más grande. - Todos se rieron de mi pequeña broma. Lo que me dio la oportunidad de idear algo con lo que escabullirme. – Creo que es un gran momento para ir a dar una vuelta y conocer un poco el lugar.

-Oh, es una gran idea. –Dijo la señora Dalton.- Un poco mas arriba esta el instituto y tras él esta la calle comercial, quizás allí conozcas a alguien y empieces a entablar amistades.

-Puede ser. Muchas gracias por la información.

-Creo que es hora de irse, cielo.- Dijo el señor Dalton.- Seguro que tienen muchas cosas que arreglar aún.

-Si necesitan algo, no duden en pedirlo.- Se despidió su mujer.

Y ambos se fueron de la casa. No pude contener el suspiro. Luke me explico mientras acabábamos de traer cajas que el hombre era el director del instituto y que su mujer trabajaba en el ayuntamiento. También tenían una hija de mi edad.

-Tengo que ir a la comisaria para tramitar los últimos papeles y no me apetece buscar los trastos de la cocina, así que ¿te parece si quedamos dentro de hora y media aquí y pedimos una pizza?

-Me parece un plan estupendo, Luke. Luego nos vemos.

-No te metas en problemas el primer día.

Me gire para dedicarle una mueca a mi tío y luego cogí mi skate y la correa de Spike y salí de la casa. Una vez fuera silbe y el gran pastor alemán apareció corriendo. Como indico la mujer, me dirigí cuesta arriba y el gran edificio que venia a ser el instituto se abrió paso a la vista. Estaba rodeado de césped, e incluso tenia un campo de futbol. Había luces en el interior pero ya era muy tarde para las clases y las extraescolares, así que podía ser algún profesor que trabajaba demasiado. Rodee el edificio y acabe en la parte más comercial del pueblo.

Una calle larga donde se encontraba el grueso de las tiendas. Había varias cafeterías y bares, una pastelería, una zapatería, un taller de mecánica y hasta una tienda de mascotas, en donde Spike ladró nada mas pasar. Pese a ser casi de noche y ser domingo el lugar parecía bastante animado.

La calle finalizaba en una gran plaza, donde estaba el ayuntamiento, la comisaria y lo que vendría a ejercer como hospital, un centro médico demasiado grande para el pueblo tan pequeño donde estaba.

Luego caí en el nombre del pueblo, Rivertown, por lo que debía de tener un rio cerca. Finalmente deseche la idea de buscarlo, debido a que era muy tarde y un bosque que no conoces puede ser muy traicionero. Así que opte por volver a casa e ir quedándome con detalles de la ciudad. Vi una calle con el nombre “quince”. Por el resto no tenía nada excepcional.

Volví a pasar por delante del instituto, y las luces ya estaban apagadas, pero seguía habiendo un coche en el aparcamiento. Era curioso que no hubiera nadie en el edificio, pero sí hubiera un coche en el parking. Quizás estuviera en el baño y las luces no se veían.

Llegue a casa un cuarto de hora antes de la hora, con lo que aproveche para ducharme. Justo al salir, Spike ladro indicando que alguien había entrado en la casa. Me puse ropa holgada y al bajar las escaleras me encontré con Luke. Traía dos pizzas con él que olían deliciosamente.

-Hay que mirar el grifo de la ducha… Esta… Bueno… Dejémoslo en que está.- Concluí al no saber explicar que le pasaba. Casi me mate tratando de mover el grifo para cambiar la temperatura del agua.

-Bueno… Seguro que hay mucho que arreglar… No quiero ni pensar en como funcionara la lavadora.

Me gire hacia el mencionado electrodoméstico, que estaba bajo la encimera de la cocina. No sé que tenia de especial, a mi me parecía una lavadora normal y corriente. Me senté en una de las sillas que había en la cocina y abrí una de las cajas de pizza.

-Tiene champiñón.- Dije asqueado. Rápidamente abrí la otra caja y esta estaba mejor, tenía ternera en lugar de ese horrible hongo.

-Es mi seguro de que no te vas a comer mi pizza.-Dijo Luke mientras se llevaba un trozo a la boca.

Estuvimos hablando sobre el pueblo. Le comente que me parecía extraño que un pueblo tan pequeño necesitase un inspector. Él contesto que todo lugar necesita a alguien que investigue. No le reproche, sabía que no solo él había pedido el traslado, y no solo la administración se lo había concedido, había algo mas detrás, algo que todavía no entendía del todo.

Luke era inspector de policía y se ceñía muy bien a su papel. Era un hombre de mediana edad, ya rozaba los cuarenta, tenia el pelo castaño y ojos verde botella. Su cara estaba finamente cubierta por una barba que se cuidaba pulcramente. Respecto a la ropa, nunca le había visto con el uniforme de policía, los inspectores pueden ir con ropa de calle, pero su chaqueta de cuero no le podía faltar nunca.

-¿Listo para tu primer día de instituto?- Pregunto recostándose en la silla a la vez que tiraba un borde de la pizza sobre la caja, en la que quedaban un par de trozos.

Acabe lo que tenia en la boca, el último trozo del penúltimo octavo de la pizza.

-Nunca se esta listo para eso.-Conteste sin darle importancia. Cogí el reborde que había tirado mi tío y se lo di Spike, que lo cogió al vuelo y se lo comió en dos mordiscos.- No me gusta ser el centro de atención. Y ser el chico nuevo no es precisamente pasar desapercibido.

-No se acabara el mundo, además solo serán un par de días, luego serás uno mas, como a ti te gusta.

Acabe la pizza y me despedí de mi tío, dándole las buenas noches. Spike me siguió y antes de que yo me metiera en la cama, el perro ya estaba tumbado en los pies de la cama.

Una vez listo para dormir, recapacite sobre la última frase de mi tío. Siempre había sido un tío normal y corriente, con notas decentes, hobbies normales y actitud muy independiente y solitaria. Pero eso era lo que veían los vecinos. Realmente era de lo más peculiar. No todos pueden recordar totalmente sus sueños y puede modificarlos de tal manera que pueda interferir en los de los demás.

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